CONICET reconocido internacionalmente

Es paradójico lo que le sucede al CONICET. En estos días se conoció un estudio internacional, elaborado por la consultora Sci-Imago, que ubica al organismo en el puesto 158 entre más de 5000 instituciones científicas de todo el mundo. Es la primera en América Latina y forma parte del 3% de las mejores de todo el mundo.
Esto es el resultado de un empuje de características estratégicas que se delinearon con el gobierno nacional anterior. Era comenzar a recibir los frutos de una adecuada mirada, en una apropiada dirección, que entiende que no puede haber una nación como tal, sin producción de conocimiento, que es a su vez la materia prima de la soberanía tecnológica y del desarrollo industrial de nuestro país.
No nos transformaremos en una nación si no construimos los mecanismos institucionales para generar y plasmar ese conocimiento. Menos si vamos destruyendo lo que tenemos. Esto no es una cuestión de caja. Es una decisión política. Los argentinos ¿queremos ser una nación?, ¿o nos conformamos con ver si algunos grupos ganan algún dinero con algún desarrollo generado en el exterior y solamente implementado acá?
El desarrollo, el crecimiento de nuestras potencialidades, la generación de nuevos horizontes, van de la mano de la decisión política de intentar transformarnos en un país soberano, o de aceptar los condicionantes que siempre son impuestos y decididos por fuera de nuestro país.
Debemos saber qué estamos eligiendo. Para nosotros y nuestros hijos.