Covid-19, cursada virtual y el regreso a las aulas: garantizar la inclusión, velar por los derechos docentes y resguardar la salud

La Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA) participó en las reuniones del Consejo Superior, y de varios encuentros con el rector de la UBA, decanos y autoridades, para analizar la situación en torno a la virtualización de emergencia de las cursadas, aplicada como medida de contingencia que permita dar continuidad al cronograma académico en el marco de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio dispuesto por el gobierno para paliar los efectos de la pandemia de Covid-19.

De esta manera, se están desarrollando en las distintas unidades académicas, de acuerdo a características propias de cada una, clases de manera virtual, hasta tanto se recupere la presencialidad. Por ello, y tal como se debatió nuevamente esta tarde en la reunión de comisión directiva de la Asociación, hay que seguir velando por que se respeten los derechos laborales y las normativas vigentes dispuestas en el Convenio Colectivo de Trabajo firmado entre la Universidad y ADUBA.

En este contexto, mantener la calidad y la inclusión es el principal desafío. Tal como se manifestó hoy en las distintas inquietudes vertidas en la reunión por las compañeras y compañeros docentes de todas las facultades y del CBC, la preocupación más grande es cómo evitar que aumente la deserción de alumnos de menores recursos por problemas de acceso a la cursada virtual por no contar con la conectividad y la tecnología para hacerlo.

El cuerpo docente no queda exento de estas demandas. Se expresó la necesidad de ampliar el acceso a herramientas tecnológicas para los docentes, haciendo hincapié en atender los problemas de conectividad, así como también proveer computadoras para quienes no cuenten con ellas, o cuenten con una sola que es utilizada por varios integrantes de la familia. Esta situación se complica aún más en docentes con hijos en edad escolar que pasan largos ratos en clases virtuales a través de distintas plataformas y ocupan las computadoras varias horas por día. 

También está en discusión la manera en que se tomarán los exámenes correspondientes a este cuatrimestre, ya que el escenario actual plantea serios problemas tanto para los docentes como para los alumnos.

Otra de las grandes preocupaciones gira en torno a lo que sucederá cuando se recupere la presencialidad. Las aulas no serán lo mismo que lo que fueron hasta ahora. Deberán mejorarse las condiciones de infraestructura, higiene y seguridad de acuerdo a las necesidades de prevención de COVID-19 estipuladas por las autoridades de la salud, tanto en aulas, baños y lugares comunes y la relación docentes-alumno en cada curso.

En este punto debe contemplarse también, de manera conjunta entre las autoridades nacionales, de la Provincia y de la Ciudad, lo que atañe al transporte público y la circulación de los estudiantes de sus casas hacia la universidad, que implica exponerse a un riesgo incluso mayor que al que se expondrían en las universidades.

Por otra parte, hemos pedido que todo aquello que tenga plazos para realizar las presentaciones de informes, y otras acciones administrativas que deban realizar los docentes sean prorrogados y pospuestos hasta que la situación se normalice.

Además, hemos trabajado con la UBA para que se incluya un protocolo de género adaptado a la virtualidad, dado que el que existe está pensado con foco en la presencialidad.

Seguiremos en contacto con las autoridades de la UBA haciendo un seguimiento de la situación, e iremos informando periódicamente sobre los avances.  Paralelamente, continuaremos con la evaluación de las acciones necesarias a realizar y los recaudos a tomar, en conjunto con las autoridades universitarias y de los distintos gobiernos, para cuando pueda recuperarse la presencialidad en las aulas.