Desde ADUBA seguimos con atención las problemáticas tensiones que se suscitan entre los docentes en torno al desarrollo de las cursadas y modalidades virtuales de acompañamiento que forman parte del plan de contingencia dispuesto por las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que buscan dar continuidad al calendario académico de este año en el contexto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
En los últimos días, ADUBA participó de la mesa de diálogo que derivó en la decisión de la UBA de flexibilizar las correlatividades de las asignaturas, de no computar el 2020 para mantener la regularidad y de prorrogar los plazos de planes de estudio. A su vez, se consensuó la decisión de anunciar que no se retornará a las aulas el 1° de junio, y preparar el camino para el desarrollo de todo el cuatrimestre de manera virtual, hasta que las autoridades de la Salud y las condiciones permitan el regreso a la presencialidad.
Sabemos que en las distintas unidades académicas se están llevando adelante, con mucho esfuerzo, de acuerdo a características propias de cada una, y con diferentes alcances, las clases de manera virtual. Pero también sabemos que las condiciones y las posibilidades no son parejas para todos, y nos referimos en este punto tanto a docentes como a alumnos.
Tal como lo hemos expresado en un comunicado anterior de nuestra Asociación, aparecen en este nuevo escenario una serie de problemas y desafíos en torno a mantener la calidad y la inclusión, el respeto de los derechos laborales y las normativas del Convenio Colectivo de Trabajo, y diferentes capacidades técnicas y condiciones tecnológicas tanto de docentes como de estudiantes.
Al respecto, sabemos que son las cátedras las únicas que conocen sus realidades internas y sus posibilidades de acción en este contexto tan crudo que nos toca atravesar. Solo el cuerpo docente conoce sus posibilidades reales de adaptar los contenidos según el tipo de materia, los saberes técnicos y los recursos tecnológicos con los que cuentan. Hay muchas carreras cuyas materias, dadas sus características -como por ejemplo las que incluyen prácticas de laboratorio- solo puede dictar de manera virtual una parte del programa.
Desde allí, en diálogo con las respectivas facultades, son las cátedras las que deberían decidir sobre la manera, las condiciones y los alcances en los que les es posible llevar adelante la instancia de cursada virtual, hasta que se pueda volver a la presencialidad.
Para cuando esta vuelta pueda ocurrir, es necesario contemplar una serie de cuestiones como el acondicionamiento de los espacios comunes y aulas, las pautas de higiene, y las disposiciones para el transporte público, puntos que ya hemos abordado en otro documento. Con respecto a todo esto, desde ADUBA estamos participando, junto a expertos, en la elaboración de un protocolo sobre las condiciones que deben cumplirse y los cuidados que deben tenerse en la vuelta a aulas.
También aparecen, con el avance de los días, tensiones acerca de las definiciones sobre la toma de exámenes, que ya se aproximan, y las pautas de aprobaciones de las cursadas.
En este punto, creemos que también son las cátedras las que juegan un rol decisivo. Es decir, que en acuerdo con las pautas generales que dispongan oportunamente la universidad y cada una de las facultades al respecto, es necesario que las cátedras puedan decidir si toman exámenes virtuales para la aprobación de la materia, o si optan por completar la cursada y la toma de exámenes en la presencialidad en las aulas cuando la situación lo permita.
Desde ADUBA queremos manifestar nuestro firme apoyo a las decisiones que tomen las cátedras y sus cuerpos docentes, y estaremos a disposición para brindar asesoramiento a todos los compañeros. Por estos temas, pueden escribir a secorganizacion@aduba.org.ar.
Además, hemos puesto a disposición de todos los docentes una serie de cursos de capacitación e insumos gratuitos para el desarrollo de la enseñanza en entornos virtuales sobre los que pueden informarse y también inscribirse en este enlace.
En tanto, seguiremos en contacto permanente con docentes de todas las unidades académicas, con los decanos y con el Rector, haciendo un seguimiento de esta situación.
