ADUBA por la Memoria, la Verdad y la Justicia

La Universidad de Buenos Aires fue blanco del terrorismo de Estado, contándose de a miles las víctimas entre docentes, nodocentes y estudiantes. A 49 años del golpe cívico militar, ADUBA reitera su compromiso con la democracia, los derechos humanos y la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. 

El golpe cívico militar que se desató el 24 de marzo de 1976 afectó, entre otras no menos importantes cuestiones, a todo el sistema educativo argentino, y fundamentalmente, a la Universidad de Buenos Aires, donde se implementó un proyecto represivo que dejó huellas imborrables. 

Arancelamiento, cierre de carreras enteras, en especial de ciencias sociales; expulsión y cesantía de docentes, censura de libros y finalización de prácticas de extensión universitaria. Se intentó borrar todo lo conseguido en los años anteriores, se buscó terminar con la politización creciente y el saldo fue de miles de víctimas del terrorismo de Estado, entre muertos y desaparecidos. La intervención cívico militar en la Universidad de Buenos Aires marcó a toda una generación que aún hoy, está siendo reparada. 

En cuanto a la matrícula de la Universidad de Buenos Aires, en 1976 contaba 146.909 alumnos, en 1983 había descendido a 106.793, pasando por un número aún más bajo en 1982, con 102.766 estudiantes. A través de los números y de las estadísticas sobre muertos y desaparecidos, se puede apreciar que la franja etaria más golpeada por la dictadura fue la juventud, que coincide con población universitaria: esto incluye docentes, nodocentes y estudiantes.

Democracia por la Memoria, la Verdad y la Justicia

A partir del retorno a la democracia en 1983, la Universidad de Buenos Aires se convirtió en un actor principal en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Desde entonces, se ha venido trabajando en la recuperación y reparación de los legajos de los profesores, estudiantes y nodocentes detenidos-desaparecidos y/o asesinados durante la dictadura militar.

En esa búsqueda de la verdad, se trabajó en la construcción de listados de las víctimas, realizado en conjunto con alumnos, sobrevivientes de aquellos años y familiares de los detenidos desaparecidos. Esos primeros listados dieron lugar a distintos murales, placas y baldosas que hoy forman parte de las unidades académicas y que a lo largo de los años sirvieron como piso para el trabajo de reparación.

La recuperación y reparación de los legajos de los desaparecidos de la UBA ha sido un largo proceso que comenzó de manera formal e informal a través de las cátedras libres de derechos humanos. Esta experiencia, e incluso los listados que aportaron los familiares, fueron el primer insumo para el proceso de recuperación.

La reparación de legajos de nuestros docentes, estudiantes y nodocentes desaparecidos es una forma más de hacer justicia con la memoria, con sus trayectos académicos, con su recuerdo y sus familias. 

ADUBA, como cada 24 de marzo, recuerda a sus docentes víctimas de la última dictadura cívico militar, reitera su compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia e invita a participar de la marcha junto a organizaciones de Derechos Humanos.